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Eberhard Schlotter

Hildesheim (Alemania) 1921 – Altea (España), 2015. Fue dibujante, profesor y grabador, de padre escultor y profesor de arte. A los siete observó por primera vez a un grabador en actividad: «Todo era para mí tan fascinante que no me atrevía casi a respirar… estaba fascinado por la precisión de la artesanía del grabado. Yo quería entonces también grabar.»

En la escuela básica le atraen el pintar y el modelar. En 1934 aparece su primer dibujo a la pluma en un periódico. Posteriormente asiste como oyente de Wilhem Maiggater a la escuela de Artes y Oficios y a la Escuela Industrial de Hildesheim, donde conoce los rudimentos del grabado con aguja de acero y diamante y la técnica del grabado al aguatinta. Aparece su primer grabado y poco después su primera exposición individual.

Durante la II Guerra Mundial combate con el ejército alemán en Rusia como observador de artillería. Le impactó mucho la destrucción de la guerra y sus visiones las trasladó a dibujos, acuarelas y pinturas al óleo. En 1944 cae prisionero del ejército norteamericano. Finalizada la guerra reanuda su actividad artística con otra exposición individual.

En 1948 compró en la almoneda de un pintor un pequeño tórculo de hierro con el que trabajó hasta 1972 donde pudo adquirir otro en mejores condiciones.

Durante décadas viaja, imparte conferencias y expone en diferentes países desarrollando un actividad artística incansable: óleos, acuarelas, dibujos, mosaicos, frescos, relieves, murales… Realiza también encargos públicos y recibe numerosos premios y distinciones. Ha sido profesor en la Escuela de Artes Plásticas de Hamburgo y catedrático de la Universidad Johannes Guttemberg de Mainz. En 1972 es designado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Su relación con España, a donde viajó, por primera vez en 1952, es profunda e intensa. Desde 1956 y hasta su muerte, residirá en Altea (Alicante), lugar en el que ha estableció su estudio. Fue considerado uno de los mejores grabadores del momento en el panorama internacional y el gran maestro de aguafuerte. Ilustró varios libros en Francia, Italia, Alemania y España.

Con Liber Ediciones ilustró dos obras: La Caza, en la que incorpora quince grabados al aguafuerte y Cristóbal Colón, una  historia nueva del descubrimiento, con 29 grabados al aguafuerte y más de 50 dibujos litográficos entre el texto.