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Rafael Alberti

Puerto de Santa María, Cádiz 1902-1999. Escritor, miembro de la generación del 27 y considerado uno de los mayores literatos de la Edad de Plata de la literatura española, desde su más tierna infancia quiso ser pintor, sin embargo, la poesía acabó absorbiendo todo su tiempo y eso le apartó de su vocación artística, limitando sus creaciones a algunas pinturas, dibujos y grabados, que por otro lado, destacaron por su originalidad y frescura. Su libro A la Pintura es una excelente muestra de su canto a ese arte.

En el ámbito de la poesía, las variaciones de tema y tono muestran, sin duda, una nítida inteligencia y una secreta inquietud ética y social. Por su parte, en su vertiente estrictamente pictórica, se anticipa a los movimientos culturales, y realiza entre 1920 y 1925 varias obras que eran ya surrealistas antes de que André Bretón hubiese promovido ese renovador movimiento literario y artístico. Sus lienzos y dibujos tienden a la total ocupación del espacio, proyectando una mezcla anómala de ansiedad y de orden en equilibrio inestable.

Al mismo tiempo, pinta y dibuja algunas obras con formas netamente ceñidas por la línea del dibujo y algunas otras, tales como El Pueblo, en la que se sugiere casas inexistentes pero fácilmente imaginables en su manera de coordinar sus entronques de planos, se demuestra que no sólo fuese un propulsor del surrealismo, sino también uno de los premonitores de la abstracción en España.

Alberti será además conocido por sus numerosos trabajos para ilustrar libros de artista y alta bibliofilia. En este ámbito, utiliza la litografía, la serigrafía y sobre todo, el grabado al aguafuerte cuya técnica domina plenamente.

Liber Ediciones contaba entre su Fondo Gráfico, su famosa tetralogía sobre Toros, Amor, Naturaleza y Mar, considerada por numerosos medios de comunicación, críticos de arte y personas cercanas al autor, como su última gran obra.

Esta Tetralogía se compone de cuatro libros, uno por cada tema, con seis aguafuertes y doce poemas en cada uno de ellos; en total, veinticuatro aguafuertes a todo color y cuarenta y ocho poemas en el conjunto de la obra. Cabe destacar, que todos los poemas van grabados al aguafuerte sobre planchas de cobre y toda su obra gráfica firmada por el autor.